Es de elegante y encantador sabor, fundente, suave y seductor dejo amargo, de pasta blanda y apariencia cremosa; de color y corteza blanca comestible, de intenso y agradable aroma que perdura en la nariz. Su mezcla de sensaciones es memorable.
Te proponemos disfrutar:
Al igual que todos los quesos de cabra, marida bien con vinos blancos y cervezas rubias. Cuando maduran, aparece un picor leve y aumenta su cremosidad y untuosidad. Por ende, se necesita un vino blanco de buena estructura, acidez que limpie el paladar y te permita disfrutar el delicioso sabor.
Sello: Hasta 3 estados de maduración en 60 días
Intensidad 2
Período apto de consumo: 60 días desde su fecha de elaboración.
Presentaciones: tradicional en horma de 1,300 kg y cuñas de 0,160 kg
Es tentador y te invita al placer, suave, fundente, con un agradable dejo amargo, de pasta blanda y cremosa; brilloso, de color y cobertura blanca comestible. Su intensa señal aromática perdura en la nariz. Con su maduración crecen deliciosas sensaciones.
Te proponemos disfrutar:
Acompañado con pasas de uva tiene un sabor exquisito. Delicioso junto a un Sauvignon Blanc, Chardonnay o un tinto Pinot Noir, es toda una experiencia.
Sello: Hasta 4 estados de maduración en 60 días
Intensidad 4
Período apto de consumo: 60 días desde su fecha de elaboración.
Presentaciones: tradicional y pimienta de 0,280 kg
Un corazón rebosante de sabor, de pasta blanda, tiene una gran señal olfativa, funde lentamente en boca, con presencia de los tres tipos de notas: ácidas, lácticas y amoniacales. A medida que transcurren los días, su sabor y aroma se acentúan. Es un suculento amor eterno.
Te proponemos disfrutar:
Se integra perfectamente en numerosas elaboraciones saladas o también dulces, marida perfectamente con vinos afrutados, los vinos más potentes, vivaces y jóvenes valorizan su marcado sabor. También se pueden acompañar con cervezas ámbar o rojizas
Sello: Hasta 6 estados de maduración en 60 días
Intensidad 7
Período apto de consumo: 60 días desde su fecha de elaboración.
Presentaciones: Piezas de 150 g. aprox. con forma de corazón.
Es de elegante y encantador sabor, fundente, suave y seductor dejo amargo, de pasta blanda y apariencia cremosa; de color y corteza blanca comestible, de intenso y agradable aroma que perdura en la nariz. Su mezcla de sensaciones es memorable.
Te proponemos disfrutar:
Al igual que todos los quesos de cabra, marida bien con vinos blancos y cervezas rubias. Cuando maduran, aparece un picor leve y aumenta su cremosidad y untuosidad. Por ende, se necesita un vino blanco de buena estructura, acidez que limpie el paladar y te permita disfrutar el delicioso sabor.
Sello: Hasta 3 estados de maduración en 60 días
Intensidad 2
Período apto de consumo: 60 días desde su fecha de elaboración.
Presentaciones: tradicional en horma de 1,300 kg y cuñas de 0,160 kg
La reina de la parrilla, es exquisita al servirla caliente, de color blanco y gran brillo, de importante presencia a manteca fundida en su aroma y gusto. Todos sus sabores persisten en la boca, con una liviandad no habitual para las provoletas tradicionales. Es la que preside el momento.
Te proponemos disfrutarlo:
Sin dudas, la recomendación es la parrilla, como entrada de los asados con la familia y amigos. Lo ideal es poner una plancha a calentar al fuego y cuando está bien caliente colocar la provoleta para sellar una cara y luego la otra. Aceite de oliva y orégano.
Cervezas rubias, a base de cebada o trigo, son definitivamente excelentes compañeras de estos quesos, por su frescor y liviandad. Acompañan muy bien con la textura cremosa y picante o especiada de la provoleta de cabra. La variedad blanca Sauvignon Blanc tradicionalmente marida con las recetas clásicas de quesos de cabra.
Sello: Con 1 estados de maduración en 90 días
Intensidad: 3
Período apto de consumo: 90 días desde su fecha de elaboración.
Presentaciones: cilindro de 1 kg y rodajas dobles de 0,150 kg.
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